Su objetivo era construir una escuela infantil y un parque infantil en una de las regiones más pobres del mundo.

Mientras paseaba por un mercado al aire libre cercano al pueblo, Sandy vio un puesto con brillantes y hermosas pinturas al óleo. Se sintió atraída por la obra de un artista haitiano que retrataba algunos de los animales que se pueden ver en un safari en África. Su sueño era ir algún día a África y ver a estas magníficas criaturas en su hábitat natural.

Compró la fantasiosa ilustración de criaturas pacíficas y se la llevó a California. Al principio, el cuadro alentó su esperanza de que Dios le abriría la puerta de África algún día. Dios escuchó su oración y le dijo «sí» varios años después.

Después de aquella aventura, el cuadro recordó a Sandy la fidelidad de Dios y las bellas gentes que conoció en naciones del mundo muy diferentes.

«Las caras de los animales en el óleo son juguetonas y tiernas. No parecen tener miedo unos de otros», dice Sandy. «La Biblia nos enseña que algún día, cuando Jesús regrese y reine en la tierra, el león se acostará con el cordero. No habrá más guerra ni violencia. En su lugar, habrá paz entre hombres y mujeres de todas las tribus y naciones y viviremos juntos como uno solo. Quiero transmitir esta esperanza a la próxima generación».

Hace poco, mientras admiraba el cuadro y recordaba sus aventuras, una voz interior instó a Sandy a compartir el óleo con los niños.

Pensó en los niños y el personal de KidWorks y esperó que tuvieran espacio en sus aulas.

Sabía que a los alumnos que entraban por las puertas de este refugio vecinal se les enseñaba a amarse los unos a los otros, al tiempo que aprendían a leer y escribir.

Cuando Idalia Galdamez, Directora de Preescolar, vio la obra de arte enmarcada, supo exactamente dónde debía ir: El cuadro está colgado en la oficina de nuestro centro preescolar Dan Donahue, donde se ve a diario. Es un ajuste perfecto.

«¡El cuadro es absolutamente precioso!», dice Idalia. «Da la sensación de haber sido creado a la perfección para nosotros. Capta la atención de niños y adultos».

Idalia añade: «Para mí, el cuadro es un recordatorio de que la educación preescolar es el principio de un camino educativo. Cada persona que llega a preescolar se desarrolla a su propio ritmo, con talentos y puntos fuertes únicos. Eso es lo que vemos en la variedad de animales del cuadro».

Estamos agradecidos de que el cuadro que Sandy trajo cuidadosamente de la República Dominicana al Condado de Orange muestre ahora la promesa de paz y armonía de Dios a todos los que lo contemplan.

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